La lírica...

El resultado del pleito es manifiesto: cada cual con su ideología, cada uno con sus gallinas defendiendo su territorio y vociferando las virtudes demócratas que le acompañan. Republicanos, por supuesto, y todo dentro de un orden imperfecto. Mientras tanto, los jilgueros siguen  mirando...

El bruño ya ha florecido. Es primavera. En este paraje bucólico, digno de los amores de Dafnis y Cloe, lírica y gallinaceas convergen en un sublime mundo de belleza literaria. Virgilio se inspiró en estos parajes antes de retirarse a la Lombardía para conseguir el verso perfecto.

El diálogo: base de toda relación.

                         La gallina ponedora

                         todo el día se pasea

                         muy ufana, si señora,

                         todo el día cacarea.

                         Ella es tan conversadora,

                         como el chorro de una fuente,

                         pero el pollo es tan prudente,

                         que en su largo co, co,co,

                         le responde solamente

                         ¡sí señora! ¡cómo no!.
       
       (No recuerdo el autor. 
         Yo no fui, la verdad)